Infografía sobre fisioterapia para la osteoartritis


La osteoartritis (OA) es la forma más común de artritis en la que el cartílago alrededor de las articulaciones se rompe, lo que hace que los huesos se froten y provoque inflamación, dolor e hinchazón. Si bien la osteoartritis puede afectar las manos, la columna vertebral y las caderas, la osteoartritis de la rodilla es la más frecuente y afecta a 14 millones de adultos estadounidenses cada año. La osteoartritis de rodilla afecta al 28 % de los adultos mayores de 50 años y al 37 % de los adultos mayores de 65 años en los Estados Unidos.

La osteoartritis, particularmente en la rodilla, se asocia con dolor y rigidez, disfunción del cuádriceps, alteración de la propiocepción y movilidad limitada. Los síntomas comunes de la osteoartritis incluyen rigidez en la articulación afectada, dolor durante la actividad que se alivia con el descanso, bloqueo o atrapamiento de la articulación, inflamación, hinchazón y enrojecimiento alrededor de la articulación afectada, aumento del crecimiento óseo alrededor de la articulación y agrietamiento, crujido, o crujidos en la articulación.

Hay una serie de factores que pueden aumentar el riesgo de desarrollar osteoartritis, como la edad avanzada debido a la degeneración natural y el envejecimiento del cartílago. Las lesiones anteriores en la articulación y los deportes y ocupaciones que ejercen una tensión indebida sobre la articulación también contribuyen al desarrollo de la osteoartritis. La genética también puede desempeñar un papel, lo que dificulta la formación de cartílago, al igual que la obesidad, que ejerce presión sobre las articulaciones que soportan peso.

La fisioterapia ofrece una opción de tratamiento segura y eficaz para las personas con osteoartritis, ya que ayuda a los pacientes a controlar el dolor, mejorar la función y la movilidad y retrasar la progresión de la enfermedad. Las investigaciones han demostrado que tanto los ejercicios aeróbicos como los de fortalecimiento son efectivos en pacientes con osteoartritis para reducir el dolor y mejorar la función física.

Un estudio de 2018 señaló que la rehabilitación que involucra ejercicios de estiramiento y fortalecimiento disminuyó la intensidad del dolor y mejoró el rango de movimiento de la rodilla, la fuerza isométrica del cuádriceps y el rendimiento funcional en pacientes con osteoartritis de rodilla. En 2020, los investigadores compararon el tratamiento de fisioterapia para la osteoartritis de rodilla con el tratamiento con inyección intraarticular de glucocorticoides y encontraron que aquellos que se sometieron al tratamiento de fisioterapia para la OA tenían menos dolor y discapacidad funcional un año después del tratamiento.

El tratamiento de fisioterapia para la osteoartritis puede incluir:

  • Manejo del dolor, usando calor y hielo para controlar la inflamación y los brotes de dolor.

  • Ejercicio aeróbico de bajo impacto, como nadar o usar una bicicleta estacionaria para mejorar el estado físico general y la capacidad aeróbica

  • Fortalecimiento específico de los músculos alrededor de la articulación afectada para aumentar la estabilidad y la movilidad de las articulaciones, así como para fortalecer la cadera y el núcleo.

  • Entrenamiento del equilibrio y la marcha en terrenos, superficies y elevaciones irregulares

  • Entrenamiento de la postura para minimizar el estrés en las articulaciones artríticas al sentarse, pararse y caminar

  • Terapia manual movilizaciones prácticas de tejidos blandos y articulaciones para aumentar suavemente la movilidad articular y la flexibilidad muscular y reducir la rigidez

  • La terapia acuática en una piscina terapéutica de agua tibia permite a los pacientes hacer ejercicio con menos estrés en las articulaciones y minimizar el dolor y la inflamación.

  • Educación de estilo de vida sobre nutrición, movimiento regular, uso de zapatos de apoyo y protección de la articulación durante la actividad diaria.

La terapia acuática permite que los pacientes con osteoartritis controlen el dolor, desarrollen fuerza y ​​resistencia, y mejoren la postura y la capacidad para caminar en una piscina de terapia de agua tibia. La flotabilidad del agua reduce la carga de peso sobre las articulaciones y el calor y la presión hidrostática del agua promueven la circulación sanguínea y una suave fuerza de compresión para reducir el dolor, la hinchazón y la rigidez. Un metanálisis de once ensayos que estudiaron la terapia acuática para pacientes con osteoartritis de rodilla y cadera confirmó que el ejercicio acuático puede tener un efecto positivo sobre el dolor, la rigidez, la función física y la calidad de vida en pacientes con osteoartritis.

El dolor de la osteoartritis puede afectar negativamente su función y movilidad y causar un dolor debilitante. Trabaja con un fisioterapeuta hoy para combatir la artrosis y recuperar fuerzas para volver a las actividades que amas!